Parece ser que los cambios que han habido en el orden procesional, en la directiva de algunas cofradías y debido también a la multitud de exigencias y reuniones por parte de la Junta Mayor de Cofradías, se han adecuado unos horarios para el Martes Santo que funcionan. El primero en salir a la calle fue la Hermandad de la Sagrada Lanzada, con su impresionante paso, desde la paroquia de San Juan Bautista, sobre las 7 de la tarde. Con María Salomé en el paso, estrenó también un paso para niños portado también sobre el costal. La Hermandad de la Oración en el Calvario fue la siguiente. Desde la parroquia de El Salvador recorrió las calles estrechas hasta el Ayuntamiento, para volver a su parroquia de nuevo por las calles de difícil maniobra.
La Santa Mujer Verónica partió del Corazón de Jesús para llegar al Ayuntamiento tras El Calvario y esperar a La Caída, para realizar el encuentro. Esta cofradía, llegaba desde San José, subiendo la cuesta de Santa Ana y subiendo la Calle Aspe. A su llegada al Ayuntamiento se produjo el encuentro y la Verónica abrió los brazos y descubrió la Santa Faz en su pañuelo.
A continuación llegó el turno de Nuestra Santísima Mater Desolata. Una procesión elegante y sencilla que llegó desde la parroquia de San Agatángelo. Sin duda, el paso por Reina Victoria, por Plaza Mayor y por Calle Fira, emocionó a los cofrades. Por último, el Santísimo Cristo del Perdón partió del Sagrado Corazón de Jesús y, a su llegada a la Plaça de Baix, tuvo lugar el indulto de un preso por la cofradía.
Fotos de Pedro José Díez